La langosta (Schistocerca
piceifrons piceifrons, Walker 1870) es una plaga de importancia económica
presente en México y está bajo control oficial, ya que es considerada de alta
peligrosidad para la producción agrícola, debido a su gran capacidad
devastadora, llegando a dañar hasta 400 especies vegetales, formar o agruparse
en formar mangas que consumen en 24 horas 5 veces su peso, tener un alto
potencial reproductivo y una gran capacidad de dispersión, la langosta adulta
en gregarización puede desplazarse a grandes distancias en poco tiempo (20
kilómetros por hora). Los cultivos afectados son: básicos (maíz, frijol, chile,
tomate y cacahuate), industriales (caña de azúcar, soya y especies forestales),
frutales (cítricos, plátano y coco) y pastizales. En el estado de San Luis
Potosí se ha reportado la presencia de la langosta en una superficie de 39,200
hectáreas, en los municipios de Ciudad Valles, Ébano, Coxcatlán, San Antonio,
San Vicente Tancuayalab, Tamasopo, Tancanhuitz, Tamuín y Tanlajas; de esta
extensión el nivel de infestación promedio del insecto, al cierre del 2021 fue
de 21.35 langostas por 100 m2. Con las acciones de control oportunas
se contribuye a evitar pérdidas económicas en la agricultura y ganadería.
La Estrategia de la campaña
contra la Langosta (Schistocerca
piceifrons piceifrons, Walker 1870) contempla las siguientes acciones
fitosanitarias:
Exploración. Consiste en identificar la
presencia del insecto en un sitio, para ello se debe llevar a cabo
la revisión física de grandes extensiones de terreno en el menor tiempo posible in situ (a pie), se recorren
preferentemente los lugares donde se han tenido antecedentes de la presencia
poblaciones de langosta, en las áreas limítrofes de zonas gregarígenas, o donde
se tenga reporte de la plaga, para lo anterior, se tomará como base los sitios
de brote,
surgimiento, recesión e invasión. Así mismo, se deberán establecer Puntos de
Exploración Permanente en las áreas gregarígenas para su revisión quincenal.
Muestreo. Se llevará a cabo si se
detecta la presencia de la langosta en el área explorada y es necesario
cuantificar la superficie con existencia de la plaga. El muestreo se realiza
mediante el conteo a la vista, recorriendo 100 m2 y contabilizando
el número de insectos según su desarrollo biológico, en el caso de ninfas las
que se encuentran en el trayecto y para adultos el número de langostas que
vuelan sobre una banda de 100 metros de largo por uno de ancho, al momento que
el personal técnico lleva a cabo la acción. Se realizarán cinco repeticiones en
cada sitio de muestreo, cada ubicación debe ser como máximo de 20 hectáreas. El
muestreo permitirá determinar la densidad del insecto, obtener la media
poblacional (D.M.) por hectárea y tomar decisiones del tipo de control a
implementar. También se considera el muestreo de huevecillos durante la época
de ovipostura y si el sitio explorado se identificó como sitio de oviposición.
Control. La decisión de
realizar una medida de control del insecto se tomará a partir de identificar
una densidad media, o bien las poblaciones que representen un riesgo de
afectación a los cultivos, así como a los agrupamientos de insectos con
características de comportamiento que indiquen la formación de manchones,
bandos o mangas, por las condiciones del medio ambiente, por lo cual no se debe
esperar a que alcancen el nivel alto de densidad. Los métodos de control que se
pueden implementar dependen del desarrollo biológico de la plaga. Se puede
realizar los siguientes tipos de control: Control químico: utilizando insecticidas que cuenten con el registro vigente de
la COFEPRIS. Control biológico: empleado el hongo entomopatógeno (Metarhizium acridum), a una concentración de 2X1012
conidios/ha lo que equivale a aplicar de 25 a 75 g de hongo formulado
(conidios). Control cultural: que consiste en la realización de las prácticas
de destrucción de residuos de cultivos y barbechos en las épocas que las
hembras pueden ovipositar en los terrenos agrícolas.
Capacitación. Consiste en
pláticas a productores para dar a conocer la biología, hábitos, daños
ocasionados y formas de control de la plaga, así mismo, solicitar su
participación para que reporten inmediatamente al Comité Estatal de Sanidad
Vegetal la presencia del insecto y lleven a cabo las labores culturales a fin
de evitar las condiciones favorables para el establecimiento de la plaga.
Supervisión. Se realiza para
verificar que las acciones se llevan a cabo de acuerdo con lo establecido en la
estrategia operativa, el Programa de Trabajo Integral autorizado por la
Dirección General de Sanidad Vegetal y en Reglas de Operación del Programa de
Sanidad e Inocuidad Agroalimentaria de la Secretaría de Agricultura y
Desarrollo Rural vigentes, así como para detectar áreas de mejora que permitan
el cumplimiento de los objetivos planteados.