Los alimentos inseguros pueden causar
enfermedad y muerte, y evitan que las personas trabajen y prosperen, por lo que
la seguridad alimentaria es vital para lograr muchos de los objetivos del
desarrollo sostenible de los grupos más vulnerables, incluido la eliminación de
la pobreza y el hambre, así como la promoción de la salud y el
bienestar.
La inocuidad de los alimentos actualmente
marca una creciente atención a la hora de formular políticas por lo que se
destinan mayores recursos a este tema, por lo que es necesario un cambio de los
planteamientos con respecto a la regulación sobre inocuidad de los alimentos.
El enfoque tradicional se centra en hacer cumplir las normativas mediante la
realización de pruebas de productos e inspecciones de las instalaciones donde
se manipulan alimentos y en la imposición de sanciones legales y financieras en
caso de infracción. Se debe insistir más en la necesidad de proporcionar
información y otros recursos, a fin de motivar y empoderar a los operadores del
sector agroalimentario para que cumplan la regulación sobre inocuidad de los
alimentos.
Se deberá priorizar la atención a los
cultivos prioritarios: maíz, frijol, arroz y trigo panificable. Derivado de lo
anterior, se plantea realizar
las siguientes actividades en la entidad:
* Adhesión de nuevos pequeños y
medianos productores a Buen Uso y Manejo de Plaguicidas (BUMP). * Cursos en BUMP dirigidos a
productores, los cuales se deberán desarrollar principalmente en los municipios
donde se concentra la mayoría de los productores. * Pláticas en materia de BUMP,
Programa Nacional de Recolección de Envases Vacíos de Agroquímicos y Afines y
Buenas Prácticas de manejo y almacenamiento (granos y cereales). * Implementos para el BUMP (equipos de
protección, equipos para aspersión, señalética, etc.). * Aflatoxinas (análisis para maíz). * Recolección de envases vacíos de agroquímicos
derivados de la producción primaria agrícola en el estado. * Seguimiento a unidades de producción con estrato
alto que ya implementan los SRRC y BUMP.